CÓMO AFRONTA
EL EXAMEN DE
CONDUCIR
Las emociones juegan un papel fundamental en la realización de una conducción segura, fluida y positiva.
Conducir un automóvil puede ser una actividad rutinaria y automatizada para muchas personas, sin embargo, para quienes ahora mismo estáis leyendo este dossier, es probable que os suponga una dificultad que os limita y os genera un enorme sufrimiento. ¿Por qué siento esta ansiedad durante las clases o en el examen?, ¿lo sufro yo solo o hay más gente en esta misma situación?, si no he sufrido un accidente previamente, ¿es normal que sienta este pánico? Esta última pregunta es bastante habitual y es importante saber que, aunque socialmente el miedo a conducir se ha relacionado frecuentemente con personas que han sufrido accidentes de tráfico, la realidad nos muestra que este miedo puede venir causado por otros muchos factores.
¿QUÉ FACTORES INFLUYEN EN EL MIEDO A CONDUCIR?
El entorno familiar:
¿Quién conducía cuando eras niña o adolescente? ¿cómo era su conducción? ¿qué conversaciones se mantenían en casa con respecto a la conducción? En muchas ocasiones, encontramos que uno o los dos progenitores han dejado de conducir o conducen solo por determinadas circunstancias, indicando la posible existencia de rechazo ante la conducción. En estas mismas familias, también puede existir un aumento en la percepción de situaciones de riesgo: “no llegues tarde por la noche”, “llámame en cuanto llegues a casa”, “ten cuidado con…”, generando por tanto un estado de alerta continuo. Es posible que encontremos progenitores, que han expresado al conducir, aspectos negativos de otros conductores o de la circulación en sí, como “mira lo que hace este” “es que la gente no tiene cuidado”, “esto es un estrés total”, de manera que la persona antes de sacarse el carnet de conducir ya tiene asociadas una serie de creencias negativas en torno a la conducción, el coche y otros conductores.
Factores de personalidad:
Personas muy autoexigentes con baja tolerancia a los errores “Tengo que hacerlo perfecto, sino no me presentarán a examen”. Otro factor importante es el miedo a la crítica del profesor, examinadores o del entorno social. La conducción no deja de ser un entorno en el que es muy fácil criticar y ser criticado, por lo que a estas personas les resulta muy angustiante enfrentarse a un entorno en el que la tasa de críticas en forma de pitidos, luces, gritos, gestos es tan alta. Hablando de miedos, es relevante nombrar el miedo a molestar, personas con gran sensibilidad sentirían miedo y rechazo ante la situación de hacer esperar a otros, cuando estén aparcando o si se les ha calado el motor.
No podemos olvidar la responsabilidad y la prudencia: “tan solo pensar que puedo hacer daño
a alguien, me bloquea de tal manera que lo abandono antes”. Añadimos que en el tráfico es
importante tomar decisiones y hacerlo rápido, en muchas ocasiones sin poder haberlo
comentado con alguien antes. Esto será otro de los factores que en aquellas personas que les
resulta difícil tomar decisiones influya. Finalmente, influye también la necesidad de tenerlo
todo bajo control. El tráfico entra en contraposición porque es un entorno muy flexible en el que
nada es igual cada vez.
Motivación y estilo de enseñanza:
Muchas personas se están sacando el carnet por obligación o “porque lo voy a necesitar cuando
acceda al mundo laboral”. La relación que tengan con el profesor marcará notablemente la
percepción sobre su propia eficacia en la conducción. El método de aprendizaje y la actitud por
parte del profesor sin duda es una de las variables claves a destacar. Si yo me he sentido con
ansiedad en las clases por miedo a fallar y que el profesor se enfadara, tendré más probabilidades
de que en el examen, unido al sentirme evaluada por una figura de autoridad se unan y se genere
una experiencia de fracaso.
Accidentes de tráfico:
Ya sean de familiares o propios, sin duda hacen que sienta que la probabilidad de tener uno de
ellos es mayor y por tanto que no quiera correr el riesgo.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS CUANDO NOS ENFRENTAMOS AL EXAMEN DE CONDUCIR?
Los síntomas más comunes del miedo a conducir son los siguientes:
Componente cognitivo:
Se experimentan pensamientos negativos en torno a la conducción y a otros conductores “es
un caos y en cuanto a uno mismo, “no voy a ser capaz”, en cuanto al futuro, “voy a suspender y me
tocará renovar tasas”.
Emocional:
Sentimos miedo ante la posibilidad de equivocarnos. También, es frecuente experimentar rabia
al sentir que por más que lo intento no lo consigo. La vergüenza por otro lado es experimentada
en casos en los que me siento observada o evaluada por otros conductores, si me han pitado…
A nivel fisiológico:
Podemos experimentar tensión muscular, rigidez, aumento del ritmo cardíaco, sudoración,
náuseas, mareos o sensación de flojedad en manos y pies.
¿CUÁNDO SE PUEDE CONVERTIR EN UN PROBLEMA LA ANSIEDAD ANTE LA CONDUCCIÓN?
Esta ansiedad que anteriormente nos ayudaba, puede que en ciertas personas resulte excesiva
e inapropiada. Les dificulta el rendimiento, la adaptación y por tanto la solución de problemas. En
este punto, es donde el miedo se puede convertir en fobia, y donde nosotros os recomendamos
pedir ayuda a profesionales especializados.
La amaxofobia o fobia a conducir se define como la inquietud permanente y desproporcionada
que surge antes y sobre todo durante la acción de conducir. En el 70% de los casos se origina
durante el proceso de aprendizaje inicial de sacarse el carnet de conducir. Lo más importante es
que se puede prevenir y tiene solución.
10 PAUTAS PARA SUPERAR LA AMAXOFOBIA
Modificación de pensamientos negativos:
Modificar los pensamientos negativos es crucial para manejar la amaxofobia. Esto implica identificar y desafiar pensamientos automáticos negativos relacionados con la conducción, reemplazándolos con pensamientos más realistas y positivos. Por ejemplo, en lugar de pensar "No podré hacerlo", podrías decirte a ti mismo "Estoy bien preparado y puedo manejar esta situación".
Auto instrucciones:
Utilizar auto instrucciones positivas es una técnica efectiva para gestionar la ansiedad. Consiste
en modificar nuestro diálogo interno y dirigir la conducta con frases que te dices a ti mismo
para guiar tu comportamiento y pensamientos en situaciones estresantes. Frases como
"Tranquilidad, respira profundo. Puedes hacerlo” pueden ayudarte a mantener la calma y la
concentración durante la conducción.
Técnicas de distracción:
Las técnicas de distracción ayudan a desviar la atención de los pensamientos y sentimientos
negativos. Antes de conducir, actividades como dar un paseo, practicar la relajación, o realizar una
tarea que te guste pueden ser útiles. Durante la conducción, concentrarse en el ambiente o
realizar ejercicios mentales como contar coches de un color específico o recitar cosas que tienes
que comprar en el supermercado pueden ser efectivos.
Respiración diafragmática:
La respiración diafragmática es una técnica sencilla y efectiva para reducir la ansiedad. Consiste
en respirar profundamente utilizando el diafragma, lo que mejora la oxigenación y disminuye la
activación fisiológica relacionada con el estrés. Practicar esta técnica regularmente puede
ayudar a controlar la ansiedad en situaciones de conducción.
Entrenamiento en mindfulness:
El mindfulness es la capacidad de estar presente en el momento actual de manera intencional
y sin juicio, con aceptación y orientación abierta hacia la propia experiencia. Esta práctica
puede ayudarte a aceptar y manejar mejor tus emociones y pensamientos relacionados con la
conducción. Ejercicios como la meditación de "mi lugar seguro", pueden ser útiles para reducir
la ansiedad.
Identificación y manejo de distorsiones cognitivas:
Las distorsiones cognitivas son patrones de pensamiento negativos y poco realistas que pueden
aumentar la ansiedad. Identificar estas distorsiones, como la catastrofización o el pensamiento
todo o nada, y reemplazarlas con pensamientos más equilibrados y realistas, puede ayudar a
reducir el miedo a conducir. Por ejemplo, en vez de pensar “Se me calará el coche nada más
salir y ya todo el examen será horrible”, puedes pensar “Aunque se me cale el coche no tiene por
qué irme mal el examen ya que solo es una falta leve”.
Exposición gradual a la conducción:
La exposición gradual y controlada a situaciones de conducción es esencial para superar la
amaxofobia. Comienza con situaciones menos estresantes y avanza progresivamente hacia
aquellas que generan más ansiedad, asegurándote de sentirte cómodo y seguro en cada etapa
antes de pasar a la siguiente.
Comunicación asertiva:
Desarrollar habilidades de comunicación asertiva puede ayudar a manejar mejor las situaciones
de estrés al volante. Expresar de manera clara y respetuosa las propias necesidades y
sentimientos contribuye a reducir la ansiedad y a mejorar la confianza personal.
Apoyo familiar:
La familia puede jugar un papel crucial en el apoyo a una persona con amaxofobia. Es importante
que los familiares comprendan la naturaleza del miedo y eviten presiones innecesarias.
Acompañar y ofrecer un apoyo emocional sin juicios es clave para la recuperación.
Búsqueda de apoyo profesional:
En casos severos de amaxofobia, buscar la ayuda de un profesional de la salud mental puede
ser necesario. La terapia es efectiva para tratar la ansiedad y las fobias, proporcionando
estrategias y herramientas para manejar el miedo de manera efectiva.
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